La misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día es proclamar a todos los pueblos el evangelio eterno del amor de Dios en el contexto de los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14: 6-12, y como se revela en la vida, muerte, resurrección y el ministerio sumo sacerdotal de Jesucristo, que los llevó a aceptar a Jesús como Salvador y Señor personal y a unirse con su iglesia remanente; y nutrir a los creyentes como discípulos en preparación para su pronto regreso.